La primera cosa que todo cliente del servicio debe tener clarísimo, es que pese a que la mayor parte de las mejores hipotecas en España son con sistema de amortización francés o bien de cuota incesante, ello no quiere decir que la cuota se sostenga incesante los treinta o bien cuarenta años del plazo.
Si se contrata un préstamo hipotecario a tipo fijo, sí que podemos estar seguros de que cada mes, hasta el final, vamos a pagar exactamente la misma cuota. Los especialistas no se ponen conforme sobre si es mejor solicitar una hipoteca a tipo fijo o bien variable. Hay quien apuesta por el tipo fijo, eso sí, siempre y cuando el tipo nominal no supere el tres por ciento y que no se fuerce al hipotecado a contratar ciertos productos auxiliares como los seguros, que encarecen el tipo TAE final.
Además de esto, las mejores hipotecas ( fercogestion.com ) a tipo fijo no es ideal para cualquier perfil de cliente, en tanto que un consultor hipotecario debe primero estudiar el perfil de los clientes y sus necesidades y objetivos financieros. Hay clientes, a los que un tipo variable les encaja mejor que un tipo fijo, por sus ingresos, por su capacidad de ahorro y capacitación financiera. Además de esto, es previsible que dos mil diecisiete sea el año de subida del Euribor, de nuevo, lo que implica que podría ser el último año en que los bancos ofreciesen hipotecas a tipo fijo muy baratas.
No obstante, la mayor parte de hipotecas que se firman en este país son a interés variable. Ello quiere decir, que en todos y cada periodo de revisión del tipo de interés la cuota es incesante, mas cuando cambia el interés, cambia la mensualidad. Lo esencial es saber qué tipo de interés variable se nos aplica, que se calcula de la próxima manera:
Interés variable = referencial + diferencial
El referencial, es el índice del mercado hipotecario que se nos aplica, sea el Euribor, el IRPH de entidades o bien el IRS, entre otros muchos. A este índice el banco le suma un diferencial, que cambia de 0 a lo que estime el banco. Lo más esencial es que examinemos la gráfica de como evoluciona el índice durante los años, para hacernos una idea de cuanto puede subir o bien bajar la cuota.
Lo idóneo para una familia sería contratar una hipoteca a tipo fijo, puesto que conocería sus pagos hipotecarios mes a mes. No obstante, la mayor parte se firman a tipo variable. ¿La razón? Que los bancos prefieren que el peligro de tipo de cambio lo acepten sus clientes del servicio. Y por esta razón dan poca oferta de préstamos hipotecarios fijos, con requisitos de concesión más rigurosos y tipos de interés altísimos.
En la práctica se acostumbra a ser más competitivo, exponerse a las subidas de intereses a cambio de hipotecas variables que, de entrada, ofrecen escenarios futuros de tipos de interés que de media son más bajos que sus contendientes a tipo fijo.
En cualquier caso siempre y en toda circunstancia, es conveniente descubrir el máximo interés que alcanzó el índice de referencia, sumarle el diferencial y calcular la cuota. Esta sería la mensualidad más alta que, de entrada, podríamos tener que abonar. Si con nuestros ingresos no pudiésemos pagarla, es conveniente no embarcarse en esta hipoteca y buscar una residencia más asequible.