Las nuevas lineas en decoración son tan atractivas que nos incitan a renovar aunque se sólo una pequeña parte de nuestro hogar. Un camino por los diferentes estilos te asistirá a lograr un sello personal.
Del electrificante estilo Kitsch, pasando por el rústico son algunos de los estilos de decoración más demandados actualmente. No es obligatorio seguirlos al pie de la letra, los especialistas recomiendan entremezclar hasta lograr un hogar con carácter.
Kitsch
De origen alemán, el estilo kitsch resalta por el dominio del color y de las formas atractivas y originales que se distancian de los cánones ornamentales tradicionales y más usuales.
Tonos como el rosa chicle, el amarillo, el azul añil, el verde manzana, violeta o bien berenjena o bien el rojo son los tonos preferidos para lograr este entorno tan original como peculiar.
El plástico, el cristal, las pieles sintéticas, el metacrilato o bien el alambre, son ciertos materiales que se emplean para llamar la atención.
Zen
El estilo Zen, que tiene su origen en el budismo y tiene una filosofía espiritual que busca la armonía y el conocimiento de si mismo mediante la relación con el ambiente y el cosmos, se distancia de la ornamentación excesiva y busca la calma que requiere el trajín de los tiempos modernos.
Esta clase de decoración requiere espacios ordenados, pocos muebles de líneas bajas, simples y rectas, tejidos naturales y tonos tan neutros y suaves como el blanco, el beig, el gris o bien el amarillento. La nota de color llega de la mano de algún objeto ornamental en verde, rojo o bien wengue (cobrizo chocolate).
Los materiales más habituales en el estilo Zen, son la madera y el bambú para el salón y las habitaciones, al tiempo que la piedra y pizarra se reserva para los baños y las cocinas. La iluminación debe ser sutil y también indirecta.
Los objetos y ornamentos, acostumbran a recrear las costumbres orientales y forman una parte de esta estética, el sonido del agua con pequeñas fuentes o bien cataratas, las velas y el incienso.
Shabby Chic
Creado por la decoradora estadounidense Rachel Ashwell, el estilo “Shabby Chic” se inspira en las grandes casas de campo inglesas, donde el color blanco, los muebles viejos decapados y los tejidos estampados con frágiles flores, son los protagonistas.
Es una decoración fina y distinguida, donde las lámparas de cristal sopladas, las cortinas, los edredones, las colchas, los cojines y las toallas, cuajadas de puntillas y bordados artesanales, aportan ese aire romántico en el menaje del hogar.
Las velas, los búcaros de cristal con flores naturales, los candelabros, los revisteros, la cerámica con motivos campestres agregan al estilo “shabby”, asimismo llamado descuidado, la nota más moderna y muy elegante.
La esencia de este estilo, donde los colores suaves como el rosa, salmón, amarillento, coral o bien trigo se combina perfectamente con el blanco, es conjuntar objetos y mobiliario vintage, con otros contemporáneos hasta lograr una atmosfera “chic” y cálida.
Rústico
El origen de esta clase de decoración está en el campo. La madera en vigas y pavimentos, la piedra en fachadas, paredes y chimeneas, el hierro en escaleras y rejas y el barro en suelos, son los materiales más esenciales del estilo rústico.
Los accesorios del menaje de la casa con sabor a pueblo, como fruteros de porcelana, canastas de paja, estanterías de madera, bancos corridos, sillas de enea y cabeceros de forja y bronce, se sitúan de forma perfecta en el “country”. Los cuadros y las flores se estampan sobre colchas, edredones, cojines y cortinas.
Los tonos de la naturaleza como el verde, el amarillo, el azul, el teja y la gama de los amarillentos dejan sus pigmentos sobre las paredes de los dormitorios, la biblioteca, el salón, los baños y la cocina de las diferentes alteraciones del rústico.
El agua asimismo es otro ingrediente. Las fuentes con porcelana o bien empiedres embellecen jardines y patios interiores. Flores y plantas como geranios, hortensias, romero, lavanda y frutales, se hacen cargo de envolver el jardín es esa atmosfera rustica tan anhelada.
Colonial
Este estilo, que nació a fines del siglo XIX y principios del siglo XX cuando empezaron a moverse los primeros cauces de inmigración europea hacia América y Asia, se identifica por muebles grandes en maderas autóctonas como la teca.
En el estilo colonial no pueden faltar muebles como las camas con dosel cubierto con frágiles tules, baúles, biombos, sillones, mecedoras de mimbre, vitrinas altas para las vajillas, escritorio con cajones, bañeras ovaladas con 4 patas y alacenas, todos ordenados con rafia y arpillera.
Con respecto a los tejidos, el lino y el algodón son los reyes incontrovertibles en estos hogares. En el momento de escoger colores, se debe barajar la familia de los beiges y los cobrizos para reservar ese espíritu tan romántico como nostálgico.
Minimalísta
Esta clase de decoración, que arranca en la ciudad de Nueva York en los años sesenta y alcanza su madurez en los setenta, se identifica por la simplicidad de sus formas, los espacios abiertos, las líneas puras y los colores neutros . Su leimotiv es “menos es más”.
Los materiales que prevalecen en este estilo son el vidrio, el cemento pulimentado, la madera, el acero, la pizarra y piedras porosas.
En cuestión de telas, las más deseadas son el lino, el algodón, el hilo y la arpillera. Se debe abandonar los estampados florales, vegetales y geométricos.
Los muebles de líneas rectas y en colores claro, dan ese entorno sereno y sobrio que requiere el minimalismo