Las hipotecas, son productos de financiación concebidos para la adquisición de una residencia, que cuentan con una enorme complejidad. Los intereses, las comisiones, las clausulas o bien los productos vinculados, son sólo algunas cuestiones que van a examinar para saber, si una oferta hipotecaria se amolda a las necesidades concretas de un consumidor.
Esta clase de préstamos, dejan que el consumidor disponga de una cantidad de dinero que deberá devolver en un plazo determinado de tiempo, junto al pago de unos intereses. Ahora bien, en contraste a un préstamo personal, los préstamos hipotecarios tienen una finalidad y una garantía específica: están destinados a la adquisición de una residencia y, exactamente, ese inmueble es el que actúa como garantía para el cobro del dinero prestado.
Lo normal es que, en cualquier préstamo personal, las garantías que tenga la entidad sean los recursos presentes y futuros de su cliente. En cambio, los préstamos hipotecarios cuentan con una garantía considerablemente más firme, lo que deja que su interés sea más bajo que el que aplica, por servirnos de un ejemplo, un préstamo personal, y que el plazo de amortización y la cantidad prestada puedan ser superiores.
El interés de una hipoteca: ¿qué tipos hay?
Las hipotecas pueden aplicar tres tipos de intereses:
El interés de los préstamos hipotecarios, es lo que determina cuánto vas a pagar a tu banco a fin de que te preste dinero para adquirir una residencia. Eso sí, este tipo de interés hipotecario, puede ser de diferentes tipos y, para escoger el más conveniente a tus necesidades, es esencial que comprendas de qué manera funciona cada uno de ellos y de qué forma se calcula. Para ayudarte, nosotros examinamos los diferentes tipos de interés de las hipotecas:
No sólo existe un tipo de hipotecas, puedes encontrar la modalidad de las hipotecas que más se ajuste a tus necesidades y posibilidades
* Hipotecas con interés variable
Las hipotecas a interés variable, son las que se contratan con más frecuencia en España y copan la mayoría de la oferta hipotecaria del mercado nacional. Se caracterizan, por el hecho de que cobran un interés compuesto por dos elementos: un índice de referencia (en la mayor parte de los casos, el euríbor hipotecario) y un diferencial, que es un porcentaje fijado por la entidad y que se mantiene sin cambios a lo largo de toda la vida del préstamo.
La denominación de “variable” se explica por el hecho de que el índice de referencia que se emplea para el cálculo del interés del préstamo hipotecario, se examina regularmente: por norma general, una vez por año y en ciertos casos, una vez al semestre. Por consiguiente, una hipoteca a euríbor +1 % podría iniciarse aplicando un interés del 1,5 % (euríbor: 0,5 % +diferencial: 1 % y, 12 meses después, si el índice hubiese evolucionado en alza, aplicar un 2 % (euríbor:1 % + diferencial: 1 %).
* Hipotecas con interés fijo
Las principales peculiaridades de las hipotecas fijas, es que aplican un interés que se mantiene sin cambios a lo largo de toda la vida del préstamo. Ahora bien, ese interés, por norma general, siempre y en toda circunstancia es más alto que los intereses que ofrecen las que tienen interés variable.
De forma tradicional, las hipotecas con interés fijo acostumbraban a cobrar unas comisiones más altas que las de interés variable, dejan financiar un porcentaje menor del valor de la residencia que se quisiese adquirir y ofrecían un plazo de amortización más corto. No obstante, a lo largo de los últimos tiempos, su oferta se ha reactivado y son cada vez más, las entidades que ofrecen este tipo de productos con unas peculiaridades muy afines a las de los préstamos a interés variable.
* Hipotecas con interés mixto
Los préstamos hipotecarios con interés mixto, se identifican por conjuntar los tipos fijos y variables. Por norma general, este tipo de préstamos hipotecarios, aplican un interés fijo a lo largo de sus primeros años de vida y, más tarde, comienza a aplicar un tipo variable.
Fuente: Fercogestion